Su concierto en el Teatro Villamarta será recordado en mucho tiempo.
El concierto de la jerezana María José Santiago programado para el pasado sábado en el Teatro Villamarta era muy esperado por sus ingredientes: la propia artista , su temática dedicada a la navidad flamenca y a la recordada Paquera de Jerez. No defraudó María José sino que además dejó prendado al público que llenaba Villamarta. En más de dos horas todo Jerez quedó rendido a los pies del arte de María José Santiago. No en vano la artista había cuidado muy mucho su reaparición en esta su tierra.
El concierto de María José tuvo dos partes muy diferenciadas pero a la par muy emotivas. El homenaje a la gran artista La Paquera de Jerez llenó esta primera parte con temas de la desaparecida cantados magistralmente y en la que no faltó unas bulerías compuestas por María José. En esta primera parte la artista contó con la colaboración especial de José Méndez, La Paqui y la Chati, además de la impresionante participación del bailaor Sergio, todo un portento en el escenario.
Para la segunda parte contó con la colaboración de la gente de la Peña El Garbanzo y aquello fue la navidad flamenca hecha delirio. Todo el teatro participó en este reencuentro plagado de villancicos flamencos entre los que brilló uno original del desaparecido Fernando Terremoto y en el que María José Santiago se emocionó contagiando a todo el auditorio.
Tampoco faltaron el clásico Su carita divina Y En nochebuena vente pa Jerez, con el que concluyó la actuación. Este concierto de la Santiago, que será recordado en mucho tiempo, contó además con la simpática participación de dos de su pequeños sobrinos que hicieron las delicias del público compartiendo escenario con esta estrella de Jerez y gran parte de su familia.
La jerezana vistió cuatro trajes de los prestigiosos modistos Pepín Castillo y Miguel Reyes. La elegancia , la belleza y el ingenio artístico hicieron el resto. El público se entregó a la artista y participó en este anticipo de la navidad cantando villancicos. Todo fue bueno en la noche, hasta los montaditos que servían en el bar de Villamarta que fueron devorados por la concurrencia