Para que quede claro, ¿qué pasó al final para que después de empezar a negociar su renovación decidiera de pronto que era el momento de decir ya no sigo?
No fue un problema de que la oferta fuera poco atractiva, sino que valoré una serie de cosas. El club estaba decidido a que siguiera desde meses atrás, pero después de la comida con el presidente y con Monchi y de consultarlo con mi familia, decidí que era mejor para todos no seguir e intentar buscar otro proyecto. No era falta de convencimiento. Creo que el propio club después de la última conversación pudo pensar también que era el momento de firmar a otro entrenador y todo esto sin ningún tipo de acritud por ninguna de las partes.
¿No considera entonces que le haya podido hacer la puñeta al club dejándolo en este momento y sin que ellos tuvieran un recambio preparado?
No y el tiempo dirá que ha sido una decisión muy dolorosa pero que va a ser buena para el crecimiento del Sevilla y buena para el club. Mi relación ha sido buena con todos los consejeros, con los que he hablado después, y también con Del Nido, que no sólo me dio un simple apretón de manos, sino que me dio un abrazo y me dijo que tenía las puertas abiertas para volver al Sevilla, lo que me agradó mucho porque yo también estoy convencido de que, tarde o temprano, volveré a mi club.
¿Cuándo se convenció de que era mejor poner fin a su ciclo en el Sevilla?
El mismo día que jugamos contra la selección andaluza y al margen de que después hubiera una reunión de mi representante en el club. A la mañana siguiente le dije a Juan que, independientemente de lo que él pensara, yo había decidido, tras hablarlo con mi familia, dejarlo, y ya no hubo más negociación. Así se lo comuniqué al presidente personalmente tras decírselo primero a Monchi. Era el día que él daba una conferencia y yo estaba dispuesto a asistir a la misma, pero como pensaron que lo mejor era comunicarlo cuanto antes decidimos que no fuera a ese acto. Él me ofreció las instalaciones del club para dar mi comunicado y se acordó que él tampoco iría a mi despedida y que sí estaría Monchi, que pidió además estar presente. Pero tampoco hay que darle más vueltas.
Nada más aterrizar en la presidencia Del Nido usted quiso desvincularse del Sevilla, ¿cree que nacen de ahí los recelos que se dice despertaba Caparrós en el presidente?
No. Es verdad que hubo una oferta entonces para salir, pero se habló con José María y él dijo que quería que siguiese y por más tiempo. Creo que se ha hablado mucho de mi relación con el presidente, pero yo siempre lo he tenido de mi lado cuando lo he necesitado.
¿Ve al Sevilla de la próxima temporada con la mentalidad y la capacidad necesaria para pelear por puestos de Champions?
Yo veo al Sevilla capacitado para seguir siendo un equipo muy competitivo y pelear con todos los equipos de arriba. Sólo hay tres equipos con potencial para pelear por los tres primeros puestos, que son el Madrid, el Barcelona y el Valencia.
Curiosamente quita de esa pelea al equipo al que va a dirigir la próxima temporada, el Deportivo.
El Dépor, y la prueba está en lo que le ha ocurrido esta temporada, es un equipo en fase de reestructuración, mientras que el Valencia hay que ver lo que está invirtiendo para la próxima temporada y no está vendiendo ni aligerando su plantilla. El Sevilla va a ser un equipo muy competitivo para pelear en ese grupo porque tiene una de las plantillas más jóvenes y tiene ya experiencia en la Liga española y también en Europa.
Ya que ha salido el nombre del Valencia, ¿le dolió en su orgullo que no acabaran allí apostando de verdad por usted y se decantaran por un técnico con menos experiencia?
No. Si hubo contactos fue con mi representante, pero no merece la pena ahora hablar de ello. El Valencia no tenía entrenador pero yo me mantuve fiel en mi idea de no hablar con ningún equipo que no fuera el Sevilla hasta que no terminara la temporada. El que yo estuviera en la terna de entrenadores de ese equipo, como se habló también en el caso del Atlético de Madrid o del Deportivo, te agrada, pero no me defraudó la decisión que tomaron porque yo sólo estaba centrado en obtener los mayores objetivos con el Sevilla.
¿Se considera ya un técnico preparado para dirigir a un equipo con mentalidad de ganar títulos?
Eso depende del grupo de jugadores que tengas a tus órdenes. Rafa Benítez tenía una plantilla muy competitiva, no había ganado nunca un título y lo consiguió con el Valencia. Un entrenador capacitado está preparado para conseguir cualquier objetivo y lo que se ha demostrado con nuestro grupo de trabajo es que los métodos empleados eran buenos para mantener la categoría, para meternos después en UEFA y para pelear por la Champions hasta el final. La metodología se ha demostrado que es correcta y ahora dependerá de los futbolistas, las exigencias y al club que se vaya. Pero no sé si es tan importante para un club un título o el hecho de revalorizar una plantilla, sacar jugadores de la cantera y que estos maduren en poco tiempo y permitan crecer a una entidad.
¿Cuál cree que ha sido su principal legado en este período?
Me gustaría que a Caparrós se le recordase en el Sevilla como un entrenador que tuvo una dedicación plena y que estaba identificado con el club porque era su equipo desde pequeño. No pude cumplir mi sueño de ser futbolista del Sevilla, pero sí el de sentarme en el banquillo por el que pasaron técnicos de la categoría de Max Merkel, Helenio Herrera, Miguel Muñoz, Manolo Cardo o Bilardo. Han estado los mejores entrenadores del mundo y el que yo haya estado cinco años ahí era impensable para mí.
¿De qué decisión se arrepiente en estos cinco años?
He tomado decisiones muy fuertes, pero había que tomarlas y he tenido la suerte de contar con dos presidentes que siempre me han respaldado a la hora de tomarlas y que nunca se han metido en las cuestiones deportivas.
¿Qué temporada de las cinco le ha dejado más satisfecho por algún detalle en concreto?
Es difícil quedarse con una. La primera lo fue porque era una Segunda muy competitiva en la que había cinco o seis equipos con más presupuesto que nosotros. El segundo porque no se podía bajar ya que era un año muy importante ya que se negociaban los contratos televisivos y había que mantenerse como fuera. La gente no daba mucho por nosotros, pues se decía que era una plantilla y un entrenador que valía para Segunda pero no para Primera. Haberse mantenido ese año también fue importante para que se consolidara un jugador como Reyes. Todos los años han tenido su importancia y se ha visto que el equipo ha ido creciendo y ahora sus perspectivas de futuro son magníficas.
¿No le duele que en el año de su marcha haya quedado ese mal sabor de boca final por no haberle puesto la «guinda» al pastel y que el logro de la UEFA se haya visto empañado por «factores externos»?
En el fútbol, como en la vida en sí, todo se valora en su justa medida con el paso del tiempo. Y de esta plantilla, como ya dije, se hablará bien cuando pasen unos años. Lo que deben pensar los sevillistas es que el club está bien dirigido y tiene unas buenas estructuras y con un activo en sus jugadores importantes, y no sólo en su primera plantilla, ya que estoy seguro que el Sevilla B de Manolo Jiménez va a subir a Segunda y eso también se valora fuera de aquí.
De su relación con Del Nido ha dicho que el tiempo dirá cómo ha sido, pero la que ha mantenido con Monchi ¿se ha deteriorado al final por lo que ha pasado este año con los fichajes?
No, en absoluto. Eso sería ser ventajista. Porque él también podría decir que yo no le he dado confianza a alguno de ellos. Mis relaciones han sido muy buenas, lo son y espero que lo sigan siendo. Una relación profesional no puede estar supeditada a unas circunstancias concretas. Los fichajes han sido de un nivel importante y estoy seguro de que lo van a demostrar la temporada que viene. Responsables de que no hayan respondido por ahora, además de algunas circunstancias de causa mayor, somos todos, pero a lo mejor si estos fichajes hubieran respondido el rendimiento de jugadores como Sergio Ramos o Jesús Navas no hubiera sido el mismo, al haber tenido menos oportunidades.
Sus detractores aseguran que usted fue el que apostó decididamente por fichajes como Makukula, Aranda o Jesuli, y que por ello la mayor cuota de que ninguno de ellos haya triunfado este año le corresponde a usted.
Sí y lo asumo, porque el entrenador tiene su parte de responsabilidad y en el caso mío es muy grande, pero nosotros tenemos una gran ventaja con respecto a otros equipos, ya que si no funcionan algunos jugadores tenemos a nuestra cantera. A lo mejor el año que viene llega un futbolista y resulta que sale Capel y le quita el puesto al que viene nuevo.
¿Irse al Dépor actual es un salto en su carrera o cree que las perspectivas del Sevilla de futuro son mejores?
Un entrenador, al menos en mi caso, lo que mira es que se fijen en uno para poder liderar un proyecto. Si me ofrecen un equipo para mantener la categoría tampoco lo consideraría un retroceso. Lo importante es poder disfrutar con lo que uno hace y estar ilusionado. Luis entrenó al Atlético en Segunda y no tuvo problemas.
¿Piensa llevarse a La Coruña a alguno de sus colaboradores de estos años en el Sevilla?
Me gustaría llevarme a todo al equipo, desde los utilleros Jaime y Rafa, a Salvi y a todo el equipo médico, porque creo que hemos sido un equipo. Pero es complicado porque son gente del club con contrato. Especialmente me gustaría contar con Antonio Álvarez.
Y hablando de su posible sustituto, ¿qué le parece Juande Ramos y sus circunstancias?
Juande ha demostrado su valía y que está supercapacitado. Al que se decida finalmente todos tenemos que ayudarle porque eso irá en beneficio del Sevilla.
Y como sevillista, ¿quién le gustaría que le sucediera en el banquillo?
Hombre, en ese caso yo lo tengo claro y apostaría por Antonio Álvarez o por Manolo Jiménez, porque sería una continuidad de proyecto y de todo porque son dos hombres de la casa. Ahora, Juande, el otro, o el otro serán personas válidas porque conozco cómo trabaja nuestro director deportivo y sé que no va a fallar.
¿Vendería a Sergio Ramos este año o aguantaría?
Siempre he dicho que no hay nadie imprescindible, y si vienen con la cláusula o con un dinero muy importante habrá que venderlo, y si eso sirve para mejorar la plantilla y para renovar la estructura de la Ciudad Deportiva, no lo vería mal. Y eso lo digo ya pensando como sevillista.
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