Tres vecinas de la Virgen

Tres vecinas de la Virgen, por José Joaquín Gallardo Rodriguez. Amanecerá hoy un esplendoroso 15 de agosto de Asunción mariana y lo celebraremos al peculiar modo de Sevilla, que no en vano aquí la proclamamos Inmaculada anticipándonos en siglos a Roma, la veneramos como Virgen de los Reyes mucho antes de instituirse la festividad de Santa María Reina y la tenemos por patrona de la ciudad y su archidiócesis. Tras el dramático paréntesis de oscuridad en nuestras vidas vuelve el glorioso día de la Virgen que es madre gozosa de Dios Niño, serenidad majestuosa bajo palio de tumbilla de quien reina en nuestros corazones y aroma de todos los nardos y rayos de sol del nuevo día. Justamente porque por Ella reinan los reyes, su presencia suscita el más alegre repique general de la giralda y los mayores honores catedralicios.
Por su mirada impregnada de eternidad entramos siempre en comunión con quienes siglo tras siglo habitaron y habitan esta urbe. Mirada repleta de amor que muchos correspondemos emocionados. Su sagrada imagen es un valioso regalo de la historia, porque Ella es para Sevilla luz de la mañana que siempre retorna y esperanza constante de otro nuevo día. Admiro muy especialmente a sus sencillos y señoriales devotos de todos los lares, que quiero personificar en tres amigas sevillanas que coinciden en lucir el bendito nombre de Reyes, habitar en el entorno catedralicio y ser sus anónimas guardianas durante todo el año. Las tres tienen el privilegio de ser auténticas vecinas de la Virgen.
La primera Reyes la custodia muy de cerca desde su señero negocio de hostelería heredado de sus mayores y cargado de historia. Esa bodega que ella regenta con exultante simpatía es la más antigua y singular de la collación. Definitivamente lo suyo en sanar directamente el espíritu, para lo que renunció a ejercer su profesión farmacéutica. Esta excepcional mujer está bendecida por el cielo con el don de la belleza. Los lectores que la reconozcan convendrán que esa bodeguera, Reyes de morales virtudes, gran devota de la Virgen y amiga de todos, es guapa en plenitud. Tengo para mí que su bondad es reflejo de la belleza inmensa de su santísima Vecina.

La segunda habita en la plaza que lleva el nombre de la Virgen, justamente por donde sale el sol que ilumina cada día el ábside de la capilla real. Estudió bellas artes y es una afamada retratista. Muchos de sus cuadros tienen un tono pastel que recuerda el enclave catedralicio por su elegancia y señorío sin estridencias. Esta Reyes lastra sus pinceles en amor a la Patrona y por eso en sus cuadros siempre acaba saliendo Sevilla. Espero que pronto nos sorprenda plasmando en lienzo, con pinceladas celestiales, su inquebrantable devoción a la Virgen. Seguro que esta artista conseguirá emocionarnos hasta el tuétano.

Y la tercera Reyes es navarro señorío de reconquista fernandina, compañera de toda una vida y vigía permanente de la mismísima giralda, la bóveda y el cimborrio de la capilla real. Esta mujer morena de espectacular belleza sevillana está siempre vital y hasta físicamente orientada hacia su Virgen de los Reyes. Madre y abuela de otras homónimas ejerce de boticaria de bata blanca dispensando simpatía, bondad, salud y esperanza a todos sus pacientes, que le corresponden con auténtico cariño. Es una buena cristiana y así lo evidencia en todos los órdenes de la vida. Seguro que ese talante tan hermosamente bondadoso está inducido también por la Patrona, a la que tantas veces se encomienda.

En ellas felicito a todos los sevillanos, que en esta festividad la sola presencia de la Virgen rememora nuestras historias particulares pero también la historia tantas veces centenaria de esta gran ciudad. Ciertamente es un regalo divino haber nacido en Sevilla y estar bajo el patronazgo de la Reina de los Reyes, que ojalá nos haga crecer en fe, esperanza, caridad, prudencia, justicia, templanza y fortaleza. Solo así podremos ser virtuosos amantes de la urbe y de quienes la habitan, verdaderamente respetuosos con la dignidad del ser humano y realmente justos y solidarios con aquellos que más carencias padecen. Que por Ella reine también la verdadera Justicia en esta Sevilla de la que es Patrona.

José Joaquín Gallardo es Abogado