EL OTOÑO CULTURAL IBEROAMERICANO DE LA FUNDACIÓN CAJA RURAL DEL SUR ABRE LAS PUERTAS DE LA EXPOSICIÓN ESTRELLA EN SU EDICIÓN DE 2011
La muestra El lenguaje de la materia de Francisco Espinoza Dueñas será inaugurada hoy viernes día 11 de noviembre en la Casa de la Provincia de Sevilla a las 20.30 horas.
La exposición del artista peruano, que se enmarca en la programación del Otoño Cultural Iberoamericano, iniciativa de la Fundación Caja Rural del Sur, comprende una retrospectiva de la obra de Francisco Espinoza Dueñas, conocido mundialmente como el artista total, 18 años después de que se retirara de los circuitos artísticos.
Las obras que podrán contemplarse a partir hoy en Sevilla pintura, cerámica y litografía- han sido cuidadosamente seleccionadas por sus hijas, Amaya y Adriana Espinoza y por el artista Aurelian Lortet. Las pinturas recogen la evolución de Espinoza a lo largo de su vida artística; las esculturas cerámicas por las que se le ha considerado el mejor ceramista del pasado siglo y las litografías en las que alcanza su extraordinario nivel.
Como explica Jaime de Vicente, director de la Fundación Caja Rural del Sur, la exposición de Espinoza Dueñas supone el resurgimiento de una personalidad imprescindible en el panorama artístico del siglo XX, a la altura de los más grandes. Un artista que posee un magistral dominio de las diversas técnicas plásticas, cuyo arte contiene una visión integradora del amplio mosaico de gentes y culturas que es Iberoamérica y una concepción temporal que hunde sus raíces en las civilizaciones precolombinas para proyectarse hacia un futuro imaginado en el que la humanidad se lanza a la conquista del espacio.
La exposición El lenguaje de la materia de Francisco Espinoza Dueñas que se podrá visitar durante un mes, hasta el 11 de diciembre, en la Casa de la Provincia de Sevilla, está patrocinada por Red Eléctrica de España y el Puerto de Huelva.
Francisco Espinoza Dueñas, (Lima, 1926) es uno de los más destacados y seguramente el más completo de los artistas plásticos de la segunda mitad del siglo XX. Nacido en Perú, país especialmente invitado al OCIb 2011, y fecundo viajero por diversos países de América y Europa, está provisto de una sólida formación, que se inició con su graduación en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima.
Llegó a España en 1955 con una beca del Instituto de Cultura Hispánica y durante dos años, en los que sus visitas al Museo del Prado le hicieron revisar sus fundamentos artísticos, estudia las técnicas de pintura al fresco en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en la Escuela Nacional de Artes Gráficas de Madrid se inicia en los procedimientos de grabado litográfico. En esta época también descubre en Barcelona a Gaudí, a quien considera como uno de sus grandes maestros.
En 1958 se instala en París, donde durante cinco años, en la Manufactura Nacional de Sèvres, descubre el apasionante mundo de la cerámica, al tiempo que perfecciona sus técnicas litográficas en la Escuela Superior de Bellas Artes.
En 1965 se traslada a La Habana, donde empieza a desarrollar su vocación pedagógica con la organización del taller de litografía de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Cuatro años después, de regreso a España, continúa esta labor en Burgos. De su viaje a Lima en 1983 queda como expresión más relevante el colosal mural de 500 metros cuadrados, en homenaje a César Vallejo. En 1986, en New Jersey, pone en marcha un innovador proyecto de Arte y Terapia en la Alternative School. De la extraordinaria labor artística y pedagógica que desarrolla durante su estancia en Estados Unidos, destaca el proyecto Mosaico Atlántico, en conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América.
Francisco Espinoza regresa a España en 1989. Desde su finca El Nogal, en Constantina (Sevilla), continúa con su intensa actividad, artística y didáctica, en los campos de la pintura, la cerámica, el grabado litográfico y el dibujo.
La muestra que se inaugura mañana es una cita imprescindible para los amantes del arte. Entre otras muchas obras, podrá contemplarse una exquisita colección de vasos de cerámica y el mural pintado durante su estancia en Philadelphia titulado Convulsión, de 10x3 metros.