Me cuentan mis amigos japoneses que el Monte Fuji es para ellos un lugar de culto al que acuden cada año con la intención de contemplar su inmensidad desde el punto más alto al que se puede acceder en vehículo, situado a 2.000 mts de altitud. Los más osados se atreven incluso, eso si con una gran preparación, a caminar los casi 6 km a pie, en condiciones complicadas, hasta la cumbre. Pero la mayoría se contentan con admirar la cima de esta montaña cargada de simbolismos. Este hecho es difícil debido a una aureola nebulosa que rodea su cumbre y casi imposible si se intenta durante los meses de verano. Cuando el pasado lunes me dirigía hacía allí, me advirtieron que no había ninguna posibilidad de contemplar el cenit con claridad, pero algo me decía que siguiéramos. Llegamos hasta el mirador y tras permanecer media hora tomando las oportunas fotos con la consabida neblina, vi a mis amigos nipones cambiar el gesto de forma sorprendente: las nubes se abrieron durante un par de minutos y tuve unas sensaciones algo místicas. Mis acompañantes me dijeron que habían rezado a su Dios shintoista para que me concediera ese don y yo, a pesar de no ser excesivamente religioso, entendí enseguida que algo grande había de pasar.
Es realmente impresionante como la marca Andalucía vende en Japón. Amantes de las tradiciones milenarias, los japoneses se vuelven locos en cuanto ven algunas de nuestras señas de identidad relacionadas con los toros, el flamenco, los caballos, el turismo de golf o la arquitectura que nos legaron los musulmanes. Y con el jamón. Una cena celebrada para agasajar a los miembros de la Selección de Baloncesto y para presentar la nueva oficina de promoción turístico- deportiva, Andalucia Sports Bureau, reunió en la ciudad de Omiya a varios nativos con la prensa española, autoridades deportivas y dirigentes federativos del mundo de la canasta. En el transcurso de la misma se sirvió vino de Jerez, jamón de Huelva y en todo momento flotó en el ambiente la importancia que nuestra tierra tiene en la realidad de los sueños japoneses. Por razones deportivas, nos jugábamos el, hasta ahora, temido cruce en cuartos de final al día siguiente y los miembros del equipo prefirieron esperar acontecimientos en sus cuarteles de invierno antes que someterse a la presión, es posible que positiva, que suponen familiares, federativos, agentes y representantes de la comunicación..Como quiera que había unos detalles preparados para jugadores y técnicos, la entrega se realizó al día siguiente en el hotel y en la misma pude observar con claridad la fuerza que tiene nuestra identidad andaluza en este entorno: presidente, tres jugadores nativos, otros integrantes del equipo campeón de la Liga ACB, delegado de equipo, médico, miembros del cuerpo técnico, director de comunicación.. A modo de anécdota quiero contarles cuanto me sorprendió la reacción de Walter Hermann, jugador argentino de Unicaja, que al pasar junto al lugar donde se desarrollaba esta entrega y ver que era de Andalucía, cerró los dos puños con fuerza hacia abajo y le oí murmurar bien ..Esto gusta.
Es indudable que el baloncesto español está viviendo cotas jamás alcanzadas por ningún otro deporte a nivel general en todas las categorías. Hace pocos días el público de las localidades jienenses de Martos, Linares y Andujar tuvo la oportunidad de ver a un posible jugador NBA en un futuro no muy lejano, Riky Rubio, un prodigio del Juventud de Badalona que marcó unos números escandalosos de puntos, rebotes y asistencias para batir a los potentes rusos en la final del Europeo sub- 16. Cuentan además que su forma de ser está bastante alejada del estereotipo de divo que vemos algunas veces entre los deportistas estrella. Prácticamente igual que les ocurre a los fueras de serie de la absoluta. He tenido la fortuna de rozar de cerca el ambiente interno del equipo y les aseguro que en los resultados influye decisivamente la relación estrecha entre jugadores, técnicos y federación. Ni un ápice de divismo, están para lo que se les pide. Nunca he visto unos deportistas que se muestren más tranquilos en un entorno que temblaba excitado de pensar en la repercusión de lo que se les ha venido encima. Todos sabemos que en los deportes de pelota es importante que esta no se quede parada en los postes, en el aro o en la cinta de la red y que, a menudo, no es el mejor equipo o jugador el que obtiene la victoria. Pero es una realidad que unas estructuras de trabajo administrativo y deportivo bien organizadas suelen facilitar el éxito (me acuerdo de un equipo de fútbol que tenemos muy cerca) y es indudable que aquí se dan. estas condiciones. Les aseguro que Garbajosa, Felipe Reyes, Rudy, Pau Gasol y todos los demás, son personas normales que no tienen que esconderse de la prensa ni de los aficionados en otros lugares. Si a esto le añadimos un gran técnico como Pepu, vaya tío sencillo y buena persona, las cosas tenían que funcionar. Unas veces, afortunadamente como ahora, saldrán bien y otras menos, pero esto es un equipazo. Ni se imaginan la satisfacción que como andaluz y español produce ver a Lebron James, a Dwyne Wade o a Carmelo Anthony asistir a la final del campeonato del mundo de baloncesto vestidos de calle en la grada mientras las manos de Navarro y Calderón nos hacían soñar.
Hemos visto cosas grandes estos últimos días. La tradición y la realidad han empujado hacia la gloria. Enhorabuena.
