
La Selección Española de Balonmano se ha proclamado, 8 años después de la primera ocasión, campeona del Mundo, arrasando a Dinamarca en una final que en ningún momento tuvo otro color que el español. La historia del partido duró poco menos de cinco minutos, lo que tardaron los pupilos de Valero Rivera en ponerse 3-0. Dinamarca se acercaría, pero a partir de ese momento, iría a remolque, sintiéndose completamente desbordada por una selección a la que todo le salía. Los goles españoles llegaban con facilidad, como cuchillo cortando mantequilla, mientras que el trabajo de los Viran Morros, Guardiola o Maqueda en defensa asfixiaba a los daneses, más desenfocados que nunca. Así las cosas, el devenir de la final en ningún momento pareció que pudiese tener otro tono que el que marcasen los españoles, como finalmente fue. Sterbik, además, decidió guardarse su mejor cara para el partido decisivo, y añadió a la actuación brillante de semifinales, todo un recital de paradas en la final. No solo por las paradas del serbio nacionalizado español, sino por la intimidación, a Dinamarca el marco de la portería se le hizo ínfimo, y se quedó al descanso en unos ridículos 10 goles, para el mejor ataque del Mundial. Finalizaba así una primera parte que, con 18-10, daba poco margen para la sorpresa. Ya empezaban las celebraciones, y quedaba aún un mundo por delante. Respecto a los segundos treinta minutos, un parcial de 7-0 durante los primeros minutos acabó por convertir la clara victoria española en un partido que pasará a la historia como la derrota más holgada en una final de un gran campeonato de balonmano. Casi hasta el final, España dobló en goles al rival, que no atinaba ni a dar pases que en otras ocasiones resultan sencillos. Los menos habituales, a falta de diez minutos para el final, empezaron a jugar por España, era un partido que todos se merecían disfrutar e Sierra, que cuajó una gran actuación en cuartos, cuando se le necesitó, tuvieron su trozo del pastel. Al final, el resultado ya era sonrojante para Hansen y compañía, 35-19, y el campeonato, nuevamente en manos españolas, como ya pasó hace ocho años. Partido extraordinario de Cañellas y Sterbik, que destacaron entre un grupo que ha sido durante los días que ha durado la competición, especialmente eso, un grupo compacto, en que todos aportaban tanto como el que más, cuando uno no estaba fino, estaba el otro para suplirlo. Para poner la guinda al pastel, Aguinagalde y Entrerríos fueron seleccionados por la IHF (Federación Internacional de Balonmano) entre los 7 mejores jugadores del torneo. Si había algún modo mejor de despedirse de la selección para Alberto Entrerríos, difícilmente se puede imaginar.

