
El actor valenciano Nacho Vidal, que se hizo un hombre en Mataró y dejó huella en el Maresme antes de dar el salto internacional y convertirse en una gran figura del cine pornográfico por méritos propios, ha decidido arrojar la toalla y contraer matrimonio el próximo día 10, aunque no se ha anunciado el lugar. La novia es su paciente y comprensiva pareja de los dos últimos años, la modelo colombiana - - afincada en Barcelona- - Franceska Jaimes, de 23 años.
Vidal, de 30 años, que ha rodado más de 3.000 películas para adultos y llegó a trabajar con 101 mujeres en el mismo filme, ha declarado que tiene "suficiente" y que ahora, "enamorado", lo que le interesa es casarse "y tener hijos". Vidal y Jaimes practican el sexo tántrico - - al igual que figuras como Sting- - , que permite varios días de acción continuada.
Con su retirada como actor del género que le ha hecho rico y famoso, Vidal se suma a la iniciativa de su rival italiano Rocco Siffredi, otro simpar anatómico, que también ha dicho que va a optar por la vida tranquila.
El valenciano, que está en México participando en la segunda edición del Festival Internacional de Cine Erótico - - olvidado ya el incidente que le llevó el año pasado a una prisión mexicana, de donde salvó el cuello gracias a la admiración de un preso- - , se prepara para una nueva etapa artística, ya que tiene un contrato para realizar una película de cine convencional en España, que interpretará y dirigirá.
"Será de acción, al estilo de El club de la lucha, y no habrá escenas de sexo", anunció el artista, que podrá mostrar su dominio de las artes marciales. Pero además tiene en proyecto "un programa de televisión".
Vidal y la modelo colombiana se conocieron hace un par de años en Barcelona, en una fiesta en una discoteca del Tibidabo. Ella no tenía ni idea de quién era ni a qué se dedicaba hasta que él se lo dijo, pero ya había sentido el flechazo, incluso antes de que le mostrase una de sus películas. Por entonces, Vidal tenía otra novia, pero la relación naufragaba y un día Jaimes se encontró con la sorpresa. Según ha relatado, estaban en el Corcovado, en Río, cuando el pretendiente se arrodilló ante el Cristo, sacó un anillo y le pidió que se casaran.
La modelo, que ve a Vidal como "un chico normal y no un actor porno", aceptó que trabajase todo lo necesario, sin celos, pero el actor cree que ha llegado el momento de tener un detalle. "A ninguna mujer le gusta ver a su novio con otras mujeres", así que se prepara para ser, cuando llegue el momento, "un papá de lo más normal ".
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