PEPE SÁNCHEZ

Me piden que escriba la crónica que nunca me hubiera gustado escribir. Siento comunicaros que ha fallecido en Sevilla el fotógrafo de prensa, guitarrista de Jarcha y amigo del alma Pepe Sánchez, natural de Huelva. Casado con Chari Molina, también fotoperiodista, y padre de dos hijas Laura y Chary Sánchez, continuadoras de la saga periodística. Pepe comenzó su carrera periodística en varias agencias de prensa, como Unipress junto a su compadre y fotógrafo de la revista Teleprograma Pedro Antonio Martínez Parra, o conmigo en Sevilla Press. Trabajó también  para las revistas de actualidad Tiempo y Tribuna y además en la revista Lecturas, en la que se retiró, realizando toda su actividad profesional de manera brillante desde Sevilla.

Además tenía un pasado musical, ya que fue componente fundador del grupo Jarcha. La última vez que subió a un escenario fue el pasado año 2024 con Jarcha, en el Teatro Maestranza de Sevilla, para recibir la medalla de Andalucía que la Junta otorgaba al grupo. Pasa asistir tuvieron que convencerlo sus hijas porque siempre rehuía del protagonismo, persona prudente y muy discreta jamás presumió de sus logros profesionales.

Sus restos mortales se encuentran en el Tanatorio de Dos Hermanas donde este jueves a las 15,30 familiares, compañeros y amigos  nos despediremos de su cuerpo pero nunca de su memoria .Gran persona y gran profesional, con el que tuve la oportunidad de aprender de fotografía y de la vida durante más de 45 años de amistad. Vivió en libertad sin ira, como la canción que tantas veces cantó por toda España y por el mundo .
Escuché por primera vez ese tema en el verano del 1979, estaba en Vigo en un clínico de baloncesto con el americano Frank Arnold y fuimos a ver un concierto de Jarcha en el Parque de Vigo, dentro de los festivales de España, estaba abarrotado de público. Ese mismo invierno unos amigos comunes, el doctor Armando García Ramón y el ginecólogo Eduardo Pérez Luján, me lo presentaron en Sevilla. En invierno bajaban las galas del grupo musical, no tenía tanto trabajo y deseaba trabajar como fotógrafo. Desde aquel momento ni la competencia de la profesión ni algunas personas malintencionadas pudieron romper nuestros fuertes lazos de amistad. Trabajamos muchas horas juntos y compartimos mucho.

Cuando lo conocí ya estaba casado con Chari, era padre de dos preciosas niñas que adoraba y eran su principal estímulo para trabajar sin parar. Luchaba para ofrecer a sus hijas el mejor futuro, siempre buscando una mejor vida.

Formó parte de una de las primeras generaciones de fotoperiodistas, especializado en la prensa del corazón aunque también trabajó en revistas políticas. Recuerdo como hacíamos reportajes juntos a Carmina Ordóñez, Lola Flores, Curro Romero, Paquirri, Antonio Ordóñez y hasta una visita del breve Presidente del Gobierno entonces, Calvo Sotelo, al Rocío en campaña electoral. Me recuerda la compañera Marta Carrasco que juntos hicieron, para Tribuna, la última entrevista que se le hizo a Camarón de la Isla . Cubrió las tres bodas reales de España para Lecturas, la de la Infanta Elena en Sevilla, la Infanta Cristina en Barcelona y la última la de los actuales Reyes de España en Madrid. Apasionado de la fotografía, fue uno de los primeros en revelar en su casa diapositivas en color, de manera casera utilizando ollas de cocina, entonces Kodak o Fuji tardaban quince días en revelar los carretes y solo había laboratorios en Madrid. También cubrió de forma brillante todos los actos de la Expo 92 de Sevilla, las visitas del Papa Juan Pablo II a Sevilla y al Rocío, o el emotivo entierro de Rocío Jurado en Chipiona del que se cumplirá en 2026 veinte años.


Comenzó de guitarrista flamenco en su Huelva natal y aunque guardaba con cariño en su casa las guitarras, nunca lo oí tocarlas en privado salvo una vez en Alosno cubriendo las cruces de mayo. Fue en casa de los hermanos de Pedro Carrasco, Rocío Jurado le dijo: “Pepe Bulerías deja la máquina de fotos y coge la guitarra que quiero que me toques unos fandangos”.

En ese momento me enteré de su apodo artístico y lo escuché por primera y única vez tocar la guitarra en privado. .  
Un día me acompañó a un establecimiento fotográfico del centro de Sevilla, Santa Ana, para comprarme mi primera cámara de fotos, la primera Canon compacta automática y de luminosidad 1,5 que se vendió en Sevilla, los fotógrafos profesionales no creían en ella pero me aconsejó que sería muy útil en mi trabajo.
Santiago Sánchez Traver, su director en la revista Tiempo, me recordaba, con la voz entrecortada, “gran profesional y mejor persona”.
Catalina Vidal, subdirectora de la revista Lecturas durante los años que trabajó allí, lloraba desde Barcelona por teléfono: “no puedo dejar de llorar, que pena mas grande”. El bueno de Paco Correal al encargarme esta crónica me decía: “Recuerdo que Paco Rabal con su voz grave, en el rodaje de La Lola se va a los puertos, le decía: Pepe Sánchez, tienes nombre de bandido”. Marta Carrasco me recordaba su última entrevista a Camarón, juntos en San Fernando (Cádiz), antes de marcharse para Barcelona de donde no regresó . Mateo Rísquez, que comenzó con el en Tribuna, me llama desconsolado desde el Tanatorio y Rosa Piqueras, que también lo conoció, me manda un abrazo desde Méjico. Ayudó a muchísimos jóvenes que empezaban, como Adelina Uribe, que también emocionada dice: “fue mi mentor profesional, quien me enseñó a ser periodista más allá de la teoría de la carrera, quien me dio mi primera oportunidad, a quién tanto debo a él y a su familia, que es también mía. Es la persona que renunció a ir a una cena con Bob Derek cuando supo que yo la admiraba desde pequeña, me dijo: ve tú por mí que yo no tengo ganas”.
La última vez que me comuniqué con él fue hace escasamente quince días, cuando su hija Chary me respondió a un wasap en el que le pedía unas fotografías de Rocío Jurado para un libro. Chary me decía: “Papá me ha dicho que te llame pero yo no he sido capaz… Empieza una lucha muy dura”. Acababan de detectarle un problema de salud. Le
mandé un audio dándoles ánimo, la enfermedad le impedía hablar .

 Ayer me quedé sin poder reaccionar con un nuevo whasap de su hija menor: “Papá se nos fue!”. Un duro golpe . Me vino a la memoria el poema Miguel Hernández, "Elegía a Ramón Sijé" .

 “Se me ha muerto, como del rayo, con quien tanto quería”
Hoy todos lloramos su pérdida . La vida es corta . Solo es lo que transcurre entre el nacimiento de una amistad y la muerte de un amigo.


Descanse en paz y un fuerte abrazo de ánimo a toda su querida familia y a los compañeros que tuvieron la oportunidad de conocerle y trabajar con él . Se fue un hombre machadianamente bueno y que vivió siempre como tantas veces cantó, en libertad y sin ira. Compañero del alma, compañero.

 
Miguel Gallardo Rodríguez

(Alumno de fotografía y compañero de fotoperiodismo de Pepe Sánchez)