Continuamos con esta figura universal, del Arte Internacional
“Bodegón” 1962. FOTO: T.L.
Viendo sus obras, los encuadres novedosos, las descomposiciones estructurales, puntos de vista y elementos incorporados, está claro que aquí no hubiera tenido el éxito que pretendía, si se quería dedicar a “esto” como medio de vida. Está claro también que era muy culto y avanzado para la mentalidad contemporánea, en línea sólo con algunos compañeros de generación -como sus compañeros de estudio en la Academia de CECILIO PLA o de JULIO MOISÉS con los que se forma, en la renovación que tanto contribuyó a desarmar los conceptos que habían recorrido la Hª del Arte y que tenían que ver sobre todo con la forma, la composición y los elementos secundarios que abarcarían ahora la totalidad del lienzo o tema (bodegones, naturalezas muertas, escenas de interior, bistrôt, …). Pero un autor no sólo se forma con sus maestros directos, sino con sus contemporáneos, según los estilos con los que se identifique. Por esto, BENJAMÍN PALENCIA, PANCHO COSSÍO, MANUEL ÁNGELES ORTIZ, NORAH BORGES, JUAN GRIS, CEZÁNNE, MATISSE, BRAQUE, PICASSO, SONIA DELAUNAY, MARÍA BLANCHARD, SUZANNE VALLANDON y tantísimos otr@s que conoció o fueron sus amigos donde habitó, sobre todo en Montmartre; los marchantes que visitaba a menudo; los críticos de Arte y directores de Museos con los que se relacionó, los coleccionistas que adquirían sus obras, en definitiva, toda la complejidad que envuelve el hecho de la creación artística.
“Jugadores de cartas”. 1928. FOTO: T.L.
BORES fascina, porque seduce su aparente sencillez cuando es todo lo contrario. En bastantes obras se sienten sus dudas, la dificultad de encajar/cerrar/ajustar personajes y objetos, de emplear la materia diluyéndola o empastándola, aplicarla casi puntillista o pulverizada, marcando los contornos o extendiendo el color –plano o con matices- en los dintornos, en las figuras y formas planas o con volumen, con mayor o menor pasta de color. Obras en las que puede sentirse el movimiento de su mano en pinceladas amplias, “rayonadas”, verticales, oblicuas, circulares, …con los diferentes efectos visuales –estáticos o dinámicos- donde la materia original que le ha servido de base se percibe.
Para una persona que no ha pintado nunca, es posible que no note el hecho de colocarse ante cualquier tipo de soporte y comience a definir las imágenes que tiene en su interior o por delante. Por regla general, el autor/-a, hace una serie de bocetos o dibuja lo que va a cubrir con las formas y colores, en el propio lienzo. Si nos fijamos bien, esto se percibe en alguna de las obras de BORES, de manera que lo que creeríamos trazos improvisados, pintados en directo como una pintura automática que obedece a su subconsciente o le dicta la composición que va realizando, para nada lo es, sino por el contrario, será el resultado de un profundo análisis ante la obra y también, lo que la propia obra le va demandando.
“Bodegón”. 1923. FOTO: T.L.
Ese análisis, implica ser fiel a sí mismo contando con el azar y la voluntad que fue marcando su personalidad (pictórica, intelectual, humana, etc.), de modo que evolucionara desde una figuración no al pié de la letra, hasta la casi abstracción total y sobre todo en los que fueron sus temas favoritos: bodegones de flores y frutas, naturalezas muertas donde cabe cualquier cosa que nos quiere transmitir, retratos, figuras aisladas o en grupos, desnudos, el ámbito de la intimidad femenina, paisajes y escenas del ambiente de esa bohemia dorada que conoció en persona y se ha seleccionado para la muestra.
Mucho hay que estudiar, analizar, aprender de la obra de Bores y ya me encantaría escribir al menos de los grandes cuadros. Grandes no sólo en formato, sino porque son jalones importantísimos de la Pintura Universal realizados por un autor que debería ser muchísimo más conocido. Un periódico pretende dar noticias de actualidad, y como tal, anunciar la expos presente que se acaba, contribuir en la medida posible a dar a conocer el Arte de Sevilla y el que pasa por Sevilla, se queda en la retina de los espectadores.
La exposición que al fin llegó a Sevilla, después de los intentos que se hicieron a comienzos de 1980 por parte de JUAN AIZPURU, JUAN LÓPEZ DÍAZ, REYES ATIENZA ROCA DE TOGORES, la familia del artista y quien firma esto, es el Homenaje que se le debía. Por ello felicitar y agradecer a los que la han hecho posible ahora y a disfrutar de esa pintura deliciosa, suculenta y sincera (..). TERESA LAFITA