
Las ciudades “azules” demandan espacios públicos adaptados a facilitar el tránsito y uso de los espacios públicos. La accesibilidad y discapacidad son dos problemas que no están resueltos en las zonas peatonales con afluencia de peatones. Los ciegos sufren con los bolardos y los toldos de bares y tiendas. El arbolado en alcorques deben presentar una superficie lisa a la misma cota rasante del acerado para evitar que se convierta en un hoyo trampa especialmente para personas mayores y discapacitadas en movilidad. Una caída de una persona mayor implica en la mayoría de los casos una rotura que afectará y condicionará a esa persona. Los acerados en el centro de Sevilla presentan este problema a excepción de la mayoría de los alcorques de la avenida de la Constitución, Plaza Nueva y calle San Fernando.

