
El día 19 comienza el Mundial de Japón. Se te deben mezclar muchas sensaciones entre nervios. Ilusión...
Ilusión. Desde el primer día que me notificaron mi participación en el Mundial no he podido ocultar mi alegría. Tras toda mi trayectoria deportiva, ahora pitar en Japón me hace muy feliz. Nunca pensé en llegar tan lejos. Me queda un Olimpiada, pero he pitado todo: finales de Euroliga, campeonatos de América y de Asia...
Y encima vas a tener la compañía de otro árbitro español, José Antonio Martín Bertrán.
Es la primera vez en la historia que vamos dos españoles a un Mundial. El modelo de arbitrar cambia este año, ya somos tres colegiados, por lo que van más árbitros, y FIBA Mundial ha considerado que de determinados países vayan dos árbitros, uno de ellos España. Es un gran reconocimiento.
Después de todo, los árbitros son también deportistas y, tras unos JJ OO, no hay nada más grande para un deportista que participar en un Mundial.
El año pasado estuve en los campeonatos de América y de Asia, y en los dos pité la final; pero dije que me faltaba ir a un Mundial y a una Olimpiada. Lo más inmediato es la cita de Japón, lo que supone una satisfacción terrible y, sobre todo, un compromiso porque quiero hacerlo bien, quiero competir como los demás.
¿Cómo se prepara un colegiado para una competición como esta? ¿Te exige la FIBA algún nivel físico determinado?
No te exigen nada, pero esto es una gran oportunidad, y las grandes oportunidades hay que aprovecharlas. Yo, fundamentalmente, tengo que hacer un trabajo físico. Empecé las vacaciones hace una semana, pero ya he comenzado a correr, y tres semanas antes me preparé para llegar al Mundial de una manera óptima. Ahora lo que estoy haciendo es ver vídeos para refrescar la mente, lo que yo llamó la fotografía mental, y mucha tranquilidad. Pero la parte física es fundamental.
Con la convocatoria para el Mundial de Japón ya asegurada, todavía te queda por cumplir el sueño de ir a unos JJ OO y a un Campeonato de Europa de Selecciones absolutas.
He estado en el Campeonato de América (dos veces) y en el de Asia. En el de Europa no he ido, pero lo mismo que se juega aquí se juega en América. Me queda el Europeo, que el año que viene es en Madrid. No es que le quiera dar más importancia a un Campeonato de Europa, pero en las Olimpiadas y el Mundial están los mejores del mundo. Espero tener suerte y estar en Madrid el año que viene. En los próximos tres años se produce todo en lo que me gustaría estar: el Mundial, que ya voy, un Europeo y la Olimpiada, que es dentro de dos años en China. Quiero ir, no oculto mis intenciones, pero si no acudo tampoco pasa nada.
Adelantémonos en el tiempo. Llegan las semifinales del Mundial y España, al igual que usted, participa en una de ellas. Tiene posibilidades de pitar la final, pero se quedan en nada con la clasificación de España para la misma. ¿Cómo se sentiría?
Ya me ha pasado dos veces. El año pasado en la Final Four de la Euroliga, que jugó la final el Tau, y este año no pude acudir a la misma porque fueron dos equipos (Tau y Barcelona), aunque me habían notificado que estaba para ir. A mi no es que me guste el arbitraje: a mi lo que me gusta es el baloncesto. He jugado y entrenado, arbitro... Pero yo siempre he defendido al baloncesto. Es no me preocupa, al contrario; voy a disfrutar en primera línea viendo como España juega la final. Ojalá que yo no pite esa final porque España está en ella; ojalá yo no esté en una Final Four porque esté un equipo español. Creo que lo que tenemos que defender todos es el baloncesto.
Son muchos los que sitúan a España como una aspirante a todo junto a Argentina y EE UU. ¿Cree que tenemos nivel real como para ser claros candidatos al oro?
Lo que me gustaría ver es el trabajo que están haciendo. El equipo lo tienen y, sin ninguna duda, es una de las favoritas para ganar el Mundial. Lo que pasa es que hay que tener en cuenta la suerte con las lesiones, de cómo lleguen al campeonato...
Y que USA no haga su mejor partido contra nosotros, como ocurrió en los JJ OO de Atenas.
Yo no le tendría tanto miedo. Pese a estrellas como LeBron James o Dwayne Wade, podemos competir con ellos. Ahora depende del hambre de título que tengan los jugadores. Considero que España es una de las favoritas para ganar el Mundial, aunque evidentemente no es fácil. Hay otras selecciones como Argentina o USA, como tampoco hay que olvidarse de Alemania y Grecia. También hay que tener en cuenta a los grupos, porque en este torneo depende mucho de los cruces. Pero España estará ahí para competir. Conozco a la mayoría de los jugadores que van a ir, son muy competitivos y, sobre todo, el entrenador. No digo que los anteriores no fueran, pero conozco a Pepu y se que es bastante competitivo.
Está claro que has sido un hombre de baloncesto. Fuiste entrenador y jugador, y ahora eres árbitro. ¿Qué pasará cuando cuelgue el silbato?
Siempre me he considerado una persona afortunada porque trabajo en lo que me gusta, y esa es la mayor felicidad de alguien. Mi intención es seguir vinculado del deporte del baloncesto, no necesariamente al arbitraje, porque a mi lo que me gusta es el baloncesto. Todavía no pienso en ello, me queda mucho tiempo hasta que llegue ese día, pero buscaré la manera de seguir vinculado a este mundo porque siempre he luchado por hacer lo que me gusta y ser feliz. Y seguir vinculado al baloncesto y al deporte sería lo ideal.
Has reconocido tu orgullo por ser el primero en España en declararse árbitro profesional. ¿Crees que ese es el futuro del arbitraje?
Yo creo que el arbitraje algún día será profesional. No voy a vivir esa etapa, queda tiempo para ello. Pero aunque mucha gente pensaba que estaba loco y que no era lo idóneo, quise dedicarme a vivir del arbitraje porque a mi lo que me gustaba era el baloncesto. Yo empecé arbitrando, y ahí me quedé. He querido convertirlo en mi profesión, lo cual no significa que a lo mejor económicamente fueran sólo mis ingresos. En el fondo, lo que quería era tener una actitud profesional. Como árbitro me he preparado, me he sacado el título de entrenador superior, me he puesto a entrenar... A medida que ha pasado el tiempo y he subido de categoría he podido vivir del arbitraje. Hoy en día con la ACB, y quitando la Euroliga, que es una liga profesional, se puede vivir cómodamente del arbitraje. Además, es muy difícil compaginar con otra profesión. Mi vida hoy en día es pitar todos los fines de semana en España, y todas las semanas en Europa. Muchas veces me voy el martes y no vengo hasta el domingo; normalmente, en Las Palmas no estoy más que lunes y martes, de octubre hasta abril. Hoy en día no podría tener otro trabajo, o lo podría complementar de una manera bastante difícil.
Sí te digo que, hablando con la gente joven que empieza, a nadie le he aconsejado que se dedique a esto como modo de trabajo, que no todo lo que yo he hecho es lo que uno debe hacer. Pero me siento orgulloso de haber querido hacer una cosa y haberla hecho, lo que no significa que yo se lo quiera dar de ejemplo a los demás. En el tema arbitral, a veces estar muy difícil el poder llegar e vivir de ello.
En el curso para árbitros e instructores de la FIBA que organizó Miguelo Betancor en Gran Canaria el mes pasado, Domingo Díaz afirmó que, estando en la F4 de la Euroliga Femenina, vio que el arbitraje europeo estaba en un punto muy alto. ¿Estás de acuerdo?
En lo que es FIBA Mundial, Europa, sin lugar a dudas, tiene un espacio muy importante. El trabajo que se desarrolla aquí está más adelantado que en algunos sitios. De hecho, el que algunos árbitros de Europa seamos invitados todos los años a los campeonatos de Asia y América es para reforzar, porque así te lo dicen. Las dos veces que he ido al de América he pitado la final estando árbitros de la NBA, Argentina y otros países con un baloncesto importante. Evidentemente, el arbitraje europeo tiene un reconocimiento muy alto, y hoy en día, en lo que es FIBA y Euroliga, el nivel ha aumentado muchísimo. Puede que la mejoría, aunque mucha gente no lo quiera reconocer, está en el arbitraje de tres, porque es un ayuda para nuestra trabajo. Antes éramos dos.
En la 9ª jornada de la última Liga ACB, allá por noviembre, arbitraste tu partido 500 en dicha competición. ¿En qué ha cambiado el Juan Carlos del partido 1 al del 500?
Muchísimo. Cuando empecé hay una parte muy positiva en mi vida deportiva, que es que subí muy pronto (a los 18 años estaba en 1ª División, la LEB actual). Pero eso también tiene una carga negativa. Era una persona muy joven, sin la adecuada formación personal, y que necesitaba un poco de madurez. La función que yo realizaba en el deporte era la de juzgar, de arbitrar, de decidir. Y ni yo ni nadie, con 18- 19 años, tiene la suficiente formación personal como para ejercer el trabajo que teníamos que hacer. El Juan Carlos que empezó no tiene nada que ver al de ahora. Creo que he mejorado en madurez, que es cuestión de tiempo y de querer aprender. Durante este tiempo, y lo digo con humildad, no he perdido el tiempo, me he dedicado a formarme y aprender.
El que se crea que lo sabe todo se equivoca, y hoy en día sigues aprendiendo cosas si quieres, si tu comportamiento y actitud es abierta a los demás y aprendes de quien sea. Hace poco estuve en Guadalajara, que la FEB me llevó a un clínic de árbitros jóvenes, promesas de toda España. Te puedo decir que durante la charla y los coloquios que tuvimos, en varias intervenciones de estos chicos, de 19- 20 años, muchas de los razonamientos que hacían me abrían perspectivas. Si tu actitud es abierta aprendes de todo el mundo, y eso ha hecho que Juan Carlos llegue al partido nº 500, porque he querido aprender y mejorar. También te digo que he visto a mucha gente quedarse en el camino porque han dejado de aprender y progresar. Como árbitro, al principio me califico de bastante normalito, por no decir malo.

