Ediciones Minotauro publica Señores del Olimpo de Javier Negrete, obra ganadora del III Premio Minotauro, Premio Internacional de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica. El ganador del III Premio Minotauro, Javier Negrete estará en Sevilla el próximo 15 de marzo.
Como antes que él hicieran Robert graves, Mary Renault o Valerio Manfredi, con Señores del Olimpo Javier Negrete se ha adentrado en el fecundo terreno de la mitología griega y engarza los mitos para crear una novela
que es la suma de multitud de registros, desde la narración de aventuras al relato de un viaje a un mundo nebuloso y arcaico en el que los hombres coexistían con los dioses y se veían arrastrados por sus intrigas, sus
odios y sus devaneos amoroso.
Señores del Olimpo combina estos elementos para acercar la mitología clásica a todos los lectores.
Señores del Olimpo:
Un aedo llamado Cileno esta cantando el ciclo cosmogónico griego cuando es interrumpido por un pastor que le indica que Zeus ha nacido cerca del lugar donde se encuentran, en el monte Liceo, en Arcadia. Dicen que el sitio está maldito a causa de la impiedad del rey. Cileno coquetea con Dada, la hija del tabernero. Lleva un bastón al cinto cuyo pomo es una cabeza de serpiente con ojos de rubí, y viaja en compañía de su padre. Ambos son forasteros en Arcadia. Seis hombres armados, tres que vestían pieles de lobos, otros tres de
oso, se presentaron en la posada. Se trata Fineo, hijo del rey Licaón, que decide llevarse al nieto (hijo de Dada) del posadero. Todos los primogénitos deben ser entregados al rey. Un anciano pastor refiere al padre de Cileno, que en el castillo ocurren cosas terribles, abominaciones que ofenden a los dioses
El padre de Cileno decide solicitar la hospitalidad del rey Licaón. En el castillo, en la corte de Licaón, ven a tres niños de pecho asados en el espetón, devorados a medias. Uno de los huéspedes del rey es asesinado por éste y enviado a la cocina para ser a medias asado y a medias guisado, pero Cileno y su padre resultan ser Zeus y Hermes el bastón de éste era el caduceo; indignados por la brutalidad de Licaón deciden exterminar a los impíos. La carne y los huesos de Zeus son tres veces más densos que los de un hombre;
Licaón, el hombre lobo, no puede hacer nada contra el colérico dios que además era abuelo suyo. Zeus le da muerte. Antes de morir Licaón profetiza a Zeus que el reinado de éste acabará antes de que pase una luna.
Ganímedes, que está en la cama con Atenea, recuerda su vida en el Olimpo, luego Ticio, embajador de los gigantes anuncia una guerra entre estos y los olímpicos a causa del rechazo de sus vindicaciones territoriales. Zeus investiga el linaje de Tifeo, o Tifón, que se dice cronida (Cronos no recuerda haberlo engendrado). Zeus confía a Ares la expedición contra los gigantes. Como Ares estaba exiliado del Olimpo causa de la violación de un juramento, Zeus debió acortarle la pena. Zeus se entera de los anillos del poder de Urano, acerca de
los cuales su abuela Gea se muestra reticente a informar.
La guerra contra los gigantes ya está en marcha. Hermes ha llevado consigo la hoz adamantina que usara Cronos para castrar a Urano. Con ella cortarán el brazo de Zeus, a quien Tifón cegará y abandonará en tierra para que lo socorra Alcides. Atenea visita el reino de Hades montada en un hipogrifo que a ratos vuela y a ratos nada hacia las profundidades de la tierra. Los ojos de Zeus enseguida comienzan a regenerarse ¿pero que ocurrirá con su brazo? Si es cierta la leyenda, no debería volver a crecer. En su destierro se lo daba por
muerto Zeus se entera por la nereida Eucrante, que Tifón había nacido del huevo de un dragón fecundado con semen de Cronos por obra de Hera, su díscola esposa. También descubre Zeus que lo habían traicionado tantos dioses que, si reconquistaba el poder y eliminaba a los traidores el panteón iba a quedarse vacío.
Entretanto, Atenea, Apolo y Hermes actúan por su cuenta contra la conspiración de su abuela Gea, Tifón y sus dragones. Zeus debe pedir ayuda a Prometeo a quien visita en su lugar de tortura, el volcán del Cáucaso.
Prometeo tiene puestos uno de los anillos de Urano, que da a Zeus a cambio de su libertad (o su muerte). Gea y los gigantes se proponen acabar con la humanidad y con los olímpicos.
El asalto del Olimpo por los gigantes acaba la historia. Cuando los gigantes parecen tener el combate ganado, sale el sol, Apolo se enseñorea del aire y Zeus regresa a la batalla en un carro después de haber dado la vuelta al mundo antiguo llevado por sus águilas. Pero los cien dragones que anunciara Gea se acercan al Olimpo en forma de nube negra, hasta que una lluvia de bólidos llegados del cielo los aniquila. Tifón, en su segundo y definitivo combate con Zeus no consigue vomitar bastante lava para imponerse a la coraza de piel
de dragón que viste Zeus: la Égida de Atenea a quien Tifón acaba de matar. Zeus rompe el cuello a Tifón. Luego castiga a su abuela Gea, despojándola de todo poder, Hera es condenada a estar un año colgada con un yunque sujeto a cada tobillo, y Alcides, que estranguló a un gigante que estaba a punto de violar a Hera, recibe el nombre Heracles (honor de Hera), a Tetis, que también estuvo entre los traidores, la condenó a casarse con un mortal, Peleo.
Pero sobre todo devuelve a la vida a Atenea que había muerto en combate singular con Tifón, con la ayuda de Hefestos. Aunque no consiguen la misma Atenea de antes, ya que debieron reconstruirla a partir de una mano.
Un epílogo revela que en verdad quien reina no es Zeus sino Cronos, su padre, desde su destierro al otro lado del espejo, en secreto pero con eficacia de gran empresario multinacional: el secreto señor Kronberg.
En el apéndice Mitología y fantasía en Señores del Olimpo, Javier Negrete desbroza lo que hay en esta novela de mitología griega, de adaptación, de invención o de influencia de otras mitologías a pesar de que el que el autor se manifiesta « poco amigo de abrir la puerta de la cocina donde se guisan los libros.»
El jurado de la tercera edición del Premio Minotauro, formado por Fernando Savater, Marcial Souto, Pedro Matesanz, Ángela Vallvey, Mª Ángels Mercader, Rodolfo Martínez ganador de la segunda edición- , Laura Falcó
Lara y Francisco García Lorenzana en calidad de secretario, falló el ganador el pasado 15 de febrero en Madrid.
Javier Negrete (Madrid, 1964) estudió Filología Clásica y desde 1991 trabaja como profesor de griego en el IES Gabriel y Galán de Plasencia. En 1992 publicó su primera novela La luna quieta. Es autor de otras obras de ciencia ficción como La mirada de las furias (premio Ignotus a la mejo novela 1998) y Estado crepuscular
(premio Ignotus y Gigamesh al mejor relato 1994). El mundo clásico: Grecia, Roma, Babilonia, los reinos nómadas asiáticos y los shogunes de Japón, universos forjados a base de aventura y leyenda y que Negrete conoce a la perfección, conforman las principales fuentes de inspiración del autor. Además, en su vocación de escritor fantástico hay un trabajo de creación o recreación de un nuevo territorio, la construcción de un nuevo mapa, tarea que ha atrapado su imaginación desde pequeño. Ha cultivado también la literatura juvenil con Memoria de dragón y Los héroes de Kalanúm. Con Buscador de sombras ganó el Premio UPC de novela corta de 2000 y ha recibido tres veces la mención especial del jurado de dicho premio.
Por otro lado ha resultado finalista de los premios Edebé y El Barco de Vapor.
Javier Negrete fue el primer escritor español en formar parte del catálogo de Minotauro y lo hizo en 2003 con La Espada de fuego, obra merecedora del premio Ignotus a la mejor novela y reeditada en cuatro ocasiones. En 2005, Ediciones Minotauro publicó El Espíritu del Mago.
