La ciudad ha inscrito ya el nombre del pintor Juan Valdés (Badajoz, 1942) en su libro de oro. Afamado en Sevilla, el reconocimiento en la tierra que le vio nacer se le ha resistido. Hasta que ayer se convirtió en hijo predilecto a propuesta de los cuatro cronistas oficiales. El alcalde, Francisco Fragoso, le dijo: «Bienvenido a casa».
La pintura, el flamenco y la poesía se dieron ayer la mano en el Ayuntamiento, donde se llenaron los salones Conquistadores y de plenos con más de un centenar de invitados. Estaban todas las autoridades civiles y militares para rendirle homenaje al artista que se fue con 17 años gracias a una beca de la Diputación para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, el mismo que después llegó a ser catedrático y que logró la fama con la pintura. Con un arte en el que sobresalen tanto los retratos, como las escenas taurinas, las fantasías de carnaval y los carteles de flamenco.
El homenaje a Valdés, de hecho, tuvo aires flamencos. Y no solo por las sevillanas que le compuso Carlos Valera con música de Sergio Alcántara y que le regalaron durante el vino que siguió al acto oficial en las Casas Consistoriales de la plaza Alta, la cuna de los jaleos extremeños.
Fuente: ABC