En unos tiempos donde las lágrimas, el sudor y la sangre anegan los corazones de una porción numerosa de los habitantes de este planeta, permítanme una pequeña licencia. Permítanme que les hable de Messi. Mejor dicho: del libro que he escrito sobre Lionel y que ya está a la luz de las librerías. Se llama Messi, sueños de un principito.
Yo quiero hablarles de los niños, de las miradas llenas de energía de los niños que acaban de marcar un gol o, simplemente, recibieron una sonrisa del amigo. Como el Principito, quiero volar por encima de mares y dormir plácidamente a la sombra invisible de una estrella.
Yo quiero hablarles de la pelota y de un joven cuya mirada brilla como trozo de ola en luna llena y que te invita a soñar con su mejor amiga. Messi y la pelota.
En tiempos de músculos y supermanes, se abrió la ventana y apareció el talento. También apareció la frescura de la risa, el color de un viento mágico y la caricia de una lluvia que no cala. Porque los pequeños planetas existen, como las almas blancas y las noches que expulsan la soledad y el miedo y sientes que el silencio también puede ser tu amigo.
En todos estos meses de trabajo descubrí muchas cosas de Messi. Además de un jugador descomunal, que un día tendrá un lugar privilegiado en la historia, es un tipo que escucha. Él te mira y no deja que tus palabras pasen de largo. También descubrí que tiene muchos amigos. Millones de amigos.
El libro, que prologa Maldini y realiza el epílogo Gaby Ruiz, ahonda en la personalidad fascinante de un muchacho que, a sabiendas de su magia inagotable, siempre fue un luchador y jamás cambió el paso. El mejor futbolista del mundo dentro de un cuerpo menudo, que en lo físico no destaca en nada: ni es el más rápido ni es el más fuerte, pero es el que mejor piensa. Este misterio indescifrable lo han intentado explicar Del Bosque, Valdano, Menotti, Michael Robinson, Kiko Narváez, Bilardo, Cappa, Martí Perarnau Pero ninguno de estos ilustres personajes sabe dar en la tecla. Y queda en pie el misterio.
Este libro mantiene una tesis: que entre Leo y El principito de Antoine de Saint Exupery existen varias analogías.
Este tipo, que es Principito en Rosario, es alguien feliz jugando con su amiga, exactamente igual que hace veinte años, cuando descubrió que sus piernas hablaban mil idiomas y llevaban alas de águila. Un tipo de metro setenta que hace feliz a mucha gente. Así es Messi, sueños de un principito. Y espero que les guste.
José Manuel García-Otero
Messi. Sueños de un principito. (Autor: José Manuel García-Otero. Editorial Al poste: 2013)http://www.alposte.es/messi-suenos-de-un-principito/
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