En esta semana nos vamos a acercar de una forma muy especial a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, cuya fiesta liturgica será el próximo viernes 15 de junio. Una de las prácticas principales vinculadas a la devoción del Sagrado Corazón de Jesús, es la dedicación en los nueve Primeros Viernes de mes, la cual se deriva de una de las doce promesas que, el Corazón de Jesús hizo, como no a una humilde monja, Santa Margarita María de Alacoque. La Iglesia siempre ha consagrado los viernes a nuestro Señor Jesucristo, en conmemoración de su dolorosa Pasión. Hoy se le consagra aún de un modo más especial, desde que Jesús mismo se apareció a Santa Margarita María de Alacoque, haciéndole la gran promesa de la Comunión en los Primeros Viernes de mes. Debido a esta maravillosa promesa, esta devoción es hoy en día una de las más arraigadas en la Iglesia. Y son muchos fieles los que acudimos a visitar el Sacratísimo Corazón de Jesús coincidiendo con los nueve primeros viernes del año.
En aquellos lejanos tiempos de la maldita guerra civil española, habían muchas personas que se sentían protegidos ante los inminentes peligros que causa una guerra, con los Detentes que, eran unos pequeños a modo de medalla, bordados sobre fondo de cartón, en cuyo centro, tenía pintado a acuarela, el Sagrado Corazón de Jesús. He de confesar que un día hace muchos años, siendo un chavalillo, encontré uno y habiéndome informado, de que por aquellos tiempos era una protección, lo llevo conmigo y la verdad que me siento seguro, dado que la devoción al Sagrado Corazón me viene desde muy niño, cuando tuve el gran honor de estudiar en los salesianos.
Para que lo puedan ver, lo he escaneado y así lo más jóvenes podrán conocerlo. La verdad que una pequeña obra de arte.
Y seguidamente les ofrecemos una oración muy especial y popular
Oración de los enfermos al
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Señor Jesús, te agradezco el don de la vida. Tú conoces las personas y las circunstancias que me han formado ya sea física, emocional y espiritualmente. Ellas, y las más íntimas experiencias de mi mente y de mi corazón, me han hecho la persona que soy ahora.
Perdóname, Señor, por todas las veces que te he fallado, por mi fallas contra mi mismo y los demás. Al mismo tiempo, perdono a todos los que me han fallado de alguna manera y me han herido.
Ayúdame a ver que mi enfermedad tiene una parte muy importante en mi vida. Ella me ayudará a ser plenamente la persona que Tu quieres que yo sea. No permitas que yo pierda o desperdicie lo que Tu quieres hacer conmigo para hacer completa mi vida en esta tierra y para preparar mi vida contigo en el Cielo.
Ahora yo no puedo orar de la manera que quisiera. (Estoy adolorido, cansado confundido). Te pido que aceptes cada uno de mis respiros como un acto de amor y de confianza en Tí.
Tu eres mi Salvador. Yo quiero descansar sobre tu amante Corazón en la seguridad y en la paz, como un niño en los brazos de su padre. Yo sé que Tú no me abandonarás.
Te amo, mi Señor, quisiera amarte como Ella te amó.
Amén.