«Celda 211» narra los avatares de un funcionario de prisiones novato que se presenta un día antes de lo previsto en su nuevo lugar de trabajo, el centro penitenciario de Sevilla 2, para conocer a sus nuevos compañeros. En el curso de la visita que gira a las instalaciones, se ve sorprendido por un motín de los presos de especial seguimiento de la prisión, lo más peligrosos, quedando a merced de ellos. Su lucha frenética por sobrevivir en un medio hostil lo convertirán, bien a su pesar, en un persona al borde siempre del abismo, más aún cuando unos sucesos ocurridos a las afueras de la prisión le hacen cruzar la frontera de lo que siempre abominó. La narración, en primera persona, la soportan un funcionario de prisiones veterano, el novato y el cabecilla de los amotinados, que cuentan cada uno desde su perspectiva, y de la que dejan traslucir los demás, los acontecimientos que tienen lugar.
Francisco Pérez Gandul, es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en los diarios Informaciones, Nueva Andalucía, El Correo de Andalucía y desde 1986 en ABC de Sevilla.
Por su parte, los escritores Raúl Argemí (Argentina) y Rafael Ramírez Heredia (Méjico) consiguieron , con obras inspiradas en la realidad de sus países, el premio Dashiel Hammett, que concede la Asociación Internacional de Escritores Policiacos a la mejor novela negra escrita en el último año. El jurado decidió conceder ex aequo el premio a ambos autores al valorar la «calidad de la prosa» y el trabajo de investigación volcado en las novelas «Penúltimo nombre de guerra» en la que Argemí aborda la resaca de la dictadura Argentina y «La Mara» en la que Ramírez Heredia retrata la violencia de las bandas juveniles.
La problemática social y política de Iberoamérica ha estado presente en la mayor parte de las obras que participaron en los concursos literarios de la Semana Negra de Gijón, que este año, en la XVIII edición, le ha dedicado un capítulo importante a la novela histórica y ha vuelto la mirada a la influencia de Carlos Emilio Salgari en generaciones de escritores contemporáneos.
El premio Rodolfo Walsh a la mejor novela de no ficción, un género ubicado en la frontera indefinida entre el ensayo y el gran reportaje periodístico, correspondió al mejicano Eduardo Monteverde por «Lo peor del horror» que recoge los aspectos más duros de la vida cotidiana de las clases sociales más desfavorecidas. Los dramas de los habitantes de los bajos fondos del Méjico actual, son relatados con un prosa tan descarnada como la realidad misma en la obra de Monteverde.
El premio de nueva creación a la mejor novela histórica que se ha denominado «Espartaco» fue para «Ladrones de tinta" de Alfonso Mateo Sagasta, por decisión unánime del jurado.